El Naturalista Galáctico

enero 29, 2009

La perspectiva del final del camino.

Filed under: Humano — Jona Evergreen @ 6:22 pm

Imagina que empezaste un largo viaje hace mucho tiempo, casi ni recuerdas cuando. A lo largo de todo ese camino has ido tomando distintas direcciones que te han llevado por uno u otro cruce de caminos, y ni siquiera puedes recordar porque decidiste ir por uno o por otro. Además a lo largo del camino los compañeros de viaje que empezaron contigo y que escogieron otros caminos ya no caminan a tu lado y no sabes que fue de ellos.

Ahora te siente cerca de tu destino, y orgulloso del camino realizado y echas la vista atrás, recordando a los compañeros que comenzaron contigo, preguntándote que fue de ellos y porque no tomaron el camino correcto. Es cuando sientes que has sido inspirado en tu caminar por una fuerza divina, que te ha guiado, y ha determinado tus decisiones… eres perfecto y esa fuerza superior te ha escogido a tí…

Ahora piensa en uno de tus compañeros que iniciaron el viaje contigo, ha llegado a un destino que considera el suyo, ha pensado exactamente lo mismo que tú, no sabe de tu existencia ni la de otros compañeros. Sólo sabe que el ha llegado a su destino, se siente orgulloso y afortunado, y no puede evitar pensar que ha sido escogido para llegar a su destino.

Es decir, cuando llegamos a lo que consideramos el final del camino, nos sentimos afortunados por ello, y consideramos que debe haber alguna fuerza divina que nos guió durante este largo viaje.

Esta perspectiva al final del camino es la que tienen muchos seres humanos de la evolución, se consideran afortunados y dichosos de haber llegado a este destino guiados por Dios. Muchos exponen que ninguna otra criatura que haya habitado la Tierra ha tenido esta capacidad de consciencia y abstracción que los hace tan especiales.

Pero la realidad es que hay tantos caminos caminos y destinos como seres vivos y cada día se abren nuevos caminos que conducen a nuevos destinos. El hombre solo tomó un camino concreto, en un espacio de tiempo determinado de forma inconsciente y azarosa. En una intricada maya de bifurcaciones y encrucijadas nunca se puede repetir dos veces la misma decisión y esto es lo que hace tan especial al hombre y a cada criatura.

Del mismo modo que el hombre es perfecto para si mismo y para su estrategia vital de supervivencia, un albatros (Diomedea exulans) es perfecto para su destino. Esta ave presenta el peso justo, la envergadura adecuada, la curvatura ideal en sus alas, etc… para recorrer los cielos oceánicos en busca de su alimento, y planear entre las olas casi como una pluma arrastrada por el viento aún siendo una de las aves voladoras de mayor envergadura y tamaño.

De igual modo todas las criaturas que habitan la Tierra son perfectas para su entorno, pues de la forma contraria desaparecen como especie o emprenden un nuevo camino que las lleva a un nuevo destino.

El viaje de la evolución ha llevado al hombre hasta su destino, pero la capacidad de entender el mundo que azarosamente adquirió en este viaje, ahora le nubla la vista para comprender que es un eslabón mas de esta maya viva que cubre la tierra. Su soberbia como ser consciente le hace percibirse como una creación dirigida y premeditada, que le arrastra a su destrucción.

abril 27, 2008

Humano.

Filed under: Humano — Jona Evergreen @ 10:31 am

Desde que el hombre tiene consciencia de su devenir por la Tierra, ha estado inventando respuesta para explicar su superioridad. Siempre recurriendo a pseudos-explicaciones basadas en la religión, inventada para tal efecto.

¿Qué diferencia al hombre del resto de criaturas que habitan la Tierra?

Un Naturalista o un Biólogo diría que nada; son primates bípedos de gran capacidad craneal.

La mayoría de las culturas humanas se han desarrollado basándose en la idea de que son seres superiores o descendientes de divinidades. Pero existes algunas pequeñas culturas que permanecen aisladas de estas tendencias culturales. Suelen ser pequeñas tribus o grupúsculos humanos, que habitan regiones muy aisladas y su cultura se basa en la integración con el entorno, siendo la base de su supervivencia. Pero es evidente que la mayoría de la humanidad no vive así, ni se basa en conceptos parecidos. Pensar que son dioses o descendientes de dioses les hace tener una especial y destructiva concepción del universo que les rodea.

La especie sapiens es el resultado de una serie de cambios ambientales que provocaron una carrera evolutiva entre las 2 ó 3 especies del género Homo, que existían. Combinándose una enorme capacidad de adaptación, con una buena aptitud para aprovechar cualquier recurso, más un entorno cambiante.

Los grupos pre-sapiens que se adaptaban a un nuevo entorno y prosperaban, se especializaban demasiado, y debido a lo cambiante del clima, en pocos milenios esos hábitats cambiaban.

La necesidad de adaptarse rápidamente a estos cambios, allanó la aparición de un grupo de homínidos con el mismo espíritu aventurero que el H. ergaster, pero con una capacidad intelectual muy superior. Para poder escapar de estos cambios continuos, este grupo de homínidos aprendió a prever, a abstraerse mentalmente, y otra seria de capacidades psíquicas que les sería de gran utilidad en este entorno. De esta forma aprendieron a interpretar el mundo que les rodeaba de una forma, que ningún otro animal lo había hecho antes en la Tierra. Su cerebro creció aún más para poder almacenar toda la nueva información que podía percibir. Así pronto aparecerían nuevos y complejos rituales y costumbres, las artes y las religiones…

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